La creatividad se ha convertido en un factor diferenciador y competitivo.

"La creatividad es una habilidad humana que nos permite resolver, transformar, adaptarnos, expresarnos y desarrollarnos", afirma Eva Ramírez. Con más de 25 años de experiencia en el sector publicitario, es socia fundadora de TheIN, empresa especializada en la formación y entrenamiento creativo para profesionales y empresas.
Y es que, "por suerte o por desgracia, estos últimos años de crisis e incertidumbre han hecho que las compañías sean más conscientes de la importancia de diferenciarse, por lo que han tenido que reinventarse. Han tenido que desarrollar la creatividad como un recurso de supervivencia y en muchos casos, con un coste alto al no estar preparados", explica Ramírez.
Sin embargo, esta habilidad podríamos decir que es generalizada. "La respuesta está en los niños. ¿Existe algún niño que no sea creativo? Los niños -salvo que exista algún problema cognitivo-, de forma natural tienden a expresarse de manera creativa. El problema llega cuando al hacerse mayores el entorno no lo fomenta ni acompaña. Lo que sí existe es un tipo de personalidad que permite de manera más fluida este desarrollo", añade Eva.

Un recurso de supervivencia

En su último libro Innovación interior, la autora parte de la premisa del entrenamiento de la creatividad de una forma innovadora. "Propongo un sistema basado en la experiencia que he recogido durante nueve años. Este sistema propone entrenar las tres partes que considero más importantes: el cerebro emocional, aquello que tiene que ver con habilidades internas; el criterio creativo, aquello que hace que nuestro desempeño creativo tenga sentido; y por último, el juego como parte fundamental a la hora de encontrar esas nuevas ideas", detalla Eva.
Por otro lado, cree que uno de los problemas de la creatividad, ha sido asociarla únicamente con el entorno artístico o con comportamientos relacionados con la infancia eliminando su efecto de "utilidad", aunque como explica la experta en conceptos creativos, "personalmente considero muy útil tanto el arte como el juego infantil, incluso a nivel empresarial". Y es precisamente en este ámbito en el cual considera que hay empresarios "ideales".
"Existen muchos empresarios que no son conocidos pero que reflejan en cada acto su parte creativa. Un ejemplo para mí es Richard Branson, el fundador de VirginGroup, un empresario que ha conseguido trasladar una visión muy personal del mundo a través de una marca y a partir de ahí, crear múltiples negocios" afirma Eva.
De esta forma, define el perfil de un empresario como alguien que tiene la empatía de conectar con las personas, que tiene la intuición de ir más allá de lo evidente, que tiene flexibilidad para adaptarse y cambiar cuando es necesario, que observa y detecta cosas que a otros les pasan desapercibidas, que tiene visión para encontrar oportunidades en terrenos áridos, que siente pasión por lo que descubre y que es capaz de expresarlo de una manera propia y singular. Y lo más importante, que nunca deja de jugar y explorar.
Es por ello, que cuando habla con algún directivo o emprendedor, normalmente le pregunta: "¿Qué quieres ser? Un político y cumplir tu legislatura, o un líder y cumplir tus sueños. Si has elegido la segunda opción, sin duda necesitas creatividad".

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